
Qué es la comunicación no violenta
La comunicación no violenta es una forma de relacionarnos con nuestro interlocutor a través de la empatía, la expresion de sentimientos y emociones, pero sin emitir juicios de valor. Su objetivo es que las personas involucradas encuentren un punto en común, donde todas obtengan algo y puedan ceder también algo, de modo que el intercambio sea justo.
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Resumen de este concepto
Marshall Rosenberg es un autor especializado en estudiar la comunicación no violenta (CNV). Afirma que su objetivo o finalidad es que las personas se comuniquen entre sí, (y consigo mismas) con empatía y eficacia.
Un factor fundamental de esta comunicación es la capacidad de expresarse sin establecer juicios sobre lo que está bien o mal, es correcto o incorrecto. En este sentido en la comunicación no violenta, invita a la comunicación de sentimientos o deseos en vez de expresar juicios morales.
Esta comunicación contempla que las necesidades o anhelos, esperanzas de una persona no se satisfagan “a costa” de las necesidades de otra persona. Considera que las personas nos sentimos satisfechas cuando recibimos o damos algo de manera solidaria, o cuando el intercambio es justo (es decir, damos algo y recibimos algo a cambio).
Esta comunicación no violenta constituye una herramienta valiosa para relacionarnos. Nos ofrece orientaciones para cambiar nuestra forma de percibir comprender y comunicarnos con nosotros mismos y con los demás. Evitando reacciones automáticas, nuestro lenguaje se convertirá en una respuesta consciente, expresando de manera realista lo que sentimos y deseamos. Nos expresaremos con empatía y sinceridad.
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6 Ejemplos de comunicación no violenta
- En una reunión entre amigos donde se decide qué actividad se va a realizar el fin de semana, dejar participar a todos, escuchar con atención y después tomar una decisión justa, de modo que no sea una única persona la que domine y acabe simpre por imponer su voluntad.
- Al realizar un trabajo en equipo para clase o la universidad, dejar participar a todas las personas y tomar en cuenta sus ideas y aportaciones, sin excluir a nadie.
- Cuando alguien nos cuente un hecho negativo que ha cometido, pora desahogarse o porque se siente arrepentido, no juzgarle por lo que hizo, sino escucharle con neutralidad y aportando nuestra atención y presencia.
- En una conversación con nuestra pareja, no eharle en cara de forma agresiva las cosas que no nos gustan de él o ella, sino exponer sinceramente nuestros deseos y sentimientos, exponiendo qué es lo que necesitamos. Del mismo modo, debemos escucharle y estar dispuestos a ceder también, para ofrecerle lo que él o ella necesita.
- En el trabajo, cuando alguien a tu cargo comete un error, no insultarle ni denigrarle o avergonzarle en público, sino hablar con él de forma privada y con neutralidad de la acción que no es correcta. Enseñarle qué esperamos y cómo hacer las cosas de forma adecuada.
- Escoger bien las palabras a la hora de quejarnos, de la actitud de una persona o de sus acciones. Por ejemplo, no es lo mismo decir «eres un bruto y un tirano, mira cómo has hecho llorar a tu hermana», que decir «cuando hablas con tanta dureza, las demás personas lo perciben y se sienten dañadas, debes hablar con más calma». Es importante hablar de los hechos, y no entrar en el terreno personal ni descalificar a la persona.
Comunicación no violenta pasos
Para llevar a cabo una comuniación sin violencia, seguiremos e lmodelo de Rossenberg, que incluye 4 pasos:
- Observar lo que ocurre en una situación, lo que dicen o hacen los demás, observarlo, escucharlo, no juzgarlo.
- Identificar cual es nuestro sentimiento o reacción ante lo que oímos (si nos sentimos ofendidos, alegres, enfurecidos, asustados, divertidos).
- Identificar nuestros deseos o metas. Buscar el deseo o meta genuino (es decir, qué quiero yo obtener en esta situación, qué necesito) y expresarlo de forma adecuada.
- Hacer una petición dirigida a la obtención de la meta o deseo.
Igualmente, estos pasos nos sirven para utilizarlos cuando una persona expresa su deseo o meta. Es decir, debemos estar dispuestos, no solo a querer satisfacer nuestras exigencias, sino también a escuchar a los demás y ser generosos o ceder, para que ellos también puedan conseguir todo, o al menos parte de lo que desean y necesitan de nosotros.
Economista, licenciada en Administración y dirección de empresas por University of Westminster (Londres), licenciada en Comercio Internacional por la Ecole Supérieure du Commerce Extérieur (París). Auditora financiera profesional en Big 4. Formación bursátil en Amplify Trading, Londres. Editor senior y divulgadora especializada en economía.