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El Milagro Mexicano

enero 2, 2022 Modificado el 27/08/2022 por Aitor Gª Munárriz
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El Milagro mexicano en economía, se refiere a la época de bonanza que tuvo lugar desde 1940 hasta finales de la década de los 60. En estos año el país azteca obtuvo un crecimiento robusto y sostenido gracias a la estabilización política tras la finalización la revolución mexicana. Durante esta etapa el país creció de manera sana y sin una inflación descontrolada.

Las bases del crecimiento económico del milagro mexicano

La reducción de la agitación política que había acompañado a las elecciones nacionales después de la Revolución Mexicana, fue un factor importante para sentar las bases del crecimiento económico. 

Mucho de esto se logró mediante el establecimiento de un solo partido político dominante que subsumió los enfrentamientos entre varios grupos de interés dentro del marco de una máquina partidaria unificada. 

Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, se promulgaron importantes políticas en el ámbito social y político que tuvieron importantes impactos en las políticas económicas del país. Por ejemplo, Cárdenas nacionalizó las empresas petroleras en 1938. También nacionalizó los ferrocarriles de México e inició una reforma agraria de gran alcance. 

Algunas de estas políticas fueron llevadas a cabo, aunque de manera más moderada, por Manuel Ávila Camacho, quien lo sucedió en la presidencia. Camacho inició un programa de industrialización a principios de 1941 con la Ley de Industrias Manufactureras, que inició el proceso de sustitución de importaciones de México. 

Luego, en 1946, el presidente Miguel Alemán Valdés aprobó la Ley de Desarrollo de Industrias Nuevas y Necesarias, continuando la tendencia de estrategias de desarrollo enfocadas hacia adentro.

El crecimiento fue sostenido por el creciente compromiso de México con la educación primaria para su población en general. La tasa de matriculación en la escuela se triplicó desde finales de la década de 1920 hasta la de 1940, lo que ayudo a mejorar la producción.

México también realizó inversiones en educación superior, lo que alentó a una generación de científicos e ingenieros a habilitar nuevos niveles de innovación industrial. Por ejemplo, en 1936 se fundó el Instituto Politécnico Nacional en la parte norte de la Ciudad de México. Asimismo, en el norte de México, en 1942 se fundó el Instituto Tecnológico y de Educación Superior de Monterrey. 

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Milagro Mexicano

La segunda guerra mundial fue clave en el milagro mexicano

México se benefició enormemente de la Segunda Guerra Mundial debido a su participación en el suministro de mano de obra y materiales a los Aliados. El Programa Bracero, fue una serie de leyes y acuerdos diplomáticos iniciados el 4 de agosto de 1942 que garantizaban los derechos humanos básicos y un salario mínimo de 30 centavos la hora a los trabajadores contratados temporales que llegaban a los Estados Unidos desde México. 

Los braceros, que significa trabajador manual, o literalmente «el que trabaja con sus brazos», estaban destinados a suplir la escasez de mano de obra en la agricultura debido al servicio militar obligatorio.

El programa sobrevivió a la guerra y ofreció contratos de trabajo a 5 millones de braceros en 24 estados de EE. UU., Lo que convirtió al Programa Bracero en el programa de trabajadores extranjeros más grande en la historia de EE. UU. México también recibió pagos en efectivo por sus contribuciones de materiales útiles para el esfuerzo bélico, lo que infundió reservas a su tesorería.

Camacho utilizó parte de los ahorros acumulados de la guerra para pagar deudas externas, lo que mejoró sustancialmente el crédito de México y aumentó la confianza de los inversores. El gobierno también estaba en una mejor posición para distribuir los beneficios materiales de la Revolución más ampliamente dados los robustos ingresos del esfuerzo bélico. 

Camacho utilizó fondos para subsidiar las importaciones de alimentos que afectaron en particular a los trabajadores urbanos. Los trabajadores mexicanos también recibieron altos salarios durante la guerra, pero debido a la falta de bienes de consumo, el gasto de los consumidores no aumentó sustancialmente. El banco nacional de desarrollo, Nacional Financiera, también se fundó bajo la administración de Camacho y financió la expansión del sector industrial.

Proyectos de infraestructuras y sustitución del modelo de importaciones

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el presidente Miguel Alemán Valdés (1946-52) instituyó un programa de sustitución de importaciones a gran escala que estimuló la producción al impulsar la demanda interna. 

La estabilidad económica del país, la alta calificación crediticia, la fuerza laboral cada vez más educada y los ahorros de la guerra proporcionaron excelentes condiciones para comenzar un programa de industrialización.

El gobierno aumentó los controles de importación de bienes de consumo, pero los relajó en bienes de capital como maquinaria. Luego, los bienes de capital se compraron utilizando las reservas internacionales acumuladas durante la guerra y se utilizaron para producir bienes de consumo a nivel nacional.

La participación de las importaciones sujetas a prescripciones en materia de licencias aumentó del 28% en 1956, a más del 60% durante el decenio de 1960 y aproximadamente al 70 por ciento durante el decenio de 1970. La industria representó el 22% de la producción total en 1950, el 24 por ciento en 1960 y el 29 por ciento en 1970.

Una industria que fue particularmente exitosa fue la producción textil. México también se convirtió en un lugar deseable para que empresas transnacionales extranjeras como Coca-Cola, Pepsi-Cola y Sears establecieran sucursales de fabricación durante este período. Mientras tanto, la participación de la producción total derivada de la agricultura y otras actividades primarias disminuyó durante el mismo período. 

Medidas del gobierno para lograr el milagro mexicano

El gobierno mexicano promovió la expansión industrial a través de la inversión pública en infraestructura agrícola, energética y de transporte. Las ciudades crecieron rápidamente después de 1940, lo que refleja el cambio de empleo hacia los centros industriales y servicios en lugar de la agricultura.

Para sostener estos cambios de población, el gobierno invirtió en importantes proyectos de presas para producir energía hidroeléctrica, suministrar agua potable a las ciudades y a la agricultura, y controlar las inundaciones. Para 1950, la red de carreteras de México también se había expandido a 21.000 kilómetros, de los cuales 13.600 estaban pavimentados.

El sólido desempeño económico de México continuó en la década de 1960, cuando el PIB creció un 7% anual. La inflación de los precios al consumidor fue sólo del 3% anual. 

La manufactura siguió siendo el sector de crecimiento dominante del país, expandiéndose un siete por ciento anual y atrayendo una considerable inversión extranjera. Para 1970, México diversificó su base de exportaciones y se volvió autosuficiente en cultivos alimentarios, acero y la mayoría de los bienes de consumo. Aunque las importaciones se mantuvieron elevadas, la mayoría fueron bienes de capital utilizados para expandir la producción nacional.