Saltar al contenido

Bien público

julio 26, 2021 Modificado el 28/01/2022 por Idoia G. Munárriz
bienes publicos

Qué son los bienes públicos

Teoría del bien público: Los bienes públicos se definen en economía como aquellos que pueden ser consumidos simultáneamente por muchas personas, sin que esto afecte a su utilidad y sin coste adicional una vez producido.

Es decir, una vez el bien público ya está producido, agregar un usuario más no supone un desembolso adicional. Por ejemplo, el alumbrado de una ciudad, puesto que mientras una persona disfruta de él, no evita que otras personas también lo disfruten y el hecho de que un ciudadano más se agregue, no incrementa sus costes al ayuntamiento.

El concepto contrario a un bien público es un bien privado. Los bienes privados son rivales y excluyentes. Esto significa que su consumo por parte de una persona, excluye a otros de su disfrute y además es posible ponerles un precio, por ejemplo una manzana o un par de zapatos.

Debido a su carácter especial y a que son aprovechados de forma colectiva, normalmente los bienes públicos son tipos de bienes de bienes proveídos por el gobierno o el  sector público, que a su vez reparte su coste entre los ciudadanos. Sin embargo en ocasiones el sector privado también puede proveerlos.

En el sentido jurídico, se entiende por bienes públicos aquellos cuyo titular es una entidad de derecho público, como el gobierno central o un ayuntamiento.

✔️ Descubre: qué es el bien común.

Ejemplos de bienes públicos

  • el alumbrado de las ciudades
  • las carreteras y caminos
  • el servicio de limpieza de las calles
  • la defensa nacional
  • una señal de radio
  • fuegos artificiales

Características de los bienes públicos

  1. No rival: el uso del bien por parte de un ciudadano más, no supone un perjuicio para los que ya disfrutaban de él. Es decir, puede darse un consumo conjunto.
  2. No excluyente: significa que no se puede discriminar a los usuarios por medio de un precio, ya que estos bienes no tienen precio o pueden ser utilizados por todos los ciudadanos, incluidos aquellos que no contribuyen a su financiación.

Un ejemplo de no rivalidad de los bienes públicos es la defensa nacional, ya que el hecho de que una persona más viva en el país no supone un perjuicio en términos de defensa para los habitantes que ya estaban ahí.

Un ejemplo de no excluyente es el alumbrado de la calle, ya que aunque un ciudadano no pague impuestos, no es posible apagar las farolas cuando pase él y volverlas a encender cuando pase otro ciudadano que sí paga impuestos.

Bienes públicos excluibles y no excluibles

Los bienes públicos pueden clasificarse como excluibles o no excluibles.

  • Los bienes excluibles: son aquellos a los que es posible poner un precio y excluir a quien no lo satisfaga. Un ejemplo de bien excluible público es una autopista de pago, que solo me permitirá circular por ella a cambio de un peaje.
  • Los bienes públicos no excluibles: son aquellos que no tienen precio y no es posible excluir a quien no contribuya a sufragarlos, por ejemplo, la defensa nacional o el alumbrado público.

Tipos de bienes púbicos: puros e impuros

La clasificación de los bienes públicos los divide entre puros e impuros:

  1. Bienes públicos puros: cumplen íntegramente las características de no rival y no excluyente. Por ejemplo el alumbrado público, la limpieza de las calles y la defensa nacional.
  2. Bienes públicos impuros: se caracterizan por un consumo parcialmente rival, es decir, que cuando un ciudadano los utiliza sí priva parcialmente a otros de su disfrute. Un ejemplo de bien público impuro es la educación , la sanidad o la protección ofrecida por los bomberos. Pueden considerarse un tipo de bien intermedio entre los públicos puros y los privados.

Aclaremos el concepto de bien público impuro: pongamos por ejemplo que utilizo el sistema público de sanidad para hacerme una intervención quirúrgica. En ese caso, estaré privando a otros ciudadanos de utilizar el quirófano y el tiempo del médico durante las dos horas que dure mi intervención. O dicho de otro modo, un único hospital podrá atender satisfactoriamente a una población de 10.000 personas supongamos, pero si aumento esa población indefinidamente, los usuarios que ya existían inicialmente recibirán una atención sanitaria cada vez más deficiente.

Los bienes públicos impuros generalmente sí tienen substitutos en el sector privado, a los que podemos acudir a cambio de un precio.