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Contratos de futuros

octubre 24, 2021 Modificado el 24/10/2021 por Aitor Gª Munárriz
contrato de futuros

¿Qué son los contratos de futuros y cómo funcionan?

Los contratos de futuros son acuerdos estandarizados en un punto de tiempo a futuro, donde tanto comprador como vendedor llegan a un acuerdo en que pactan un precio fijo a futuro que debe respetarse. Estos tienen elementos esenciales que deben estar presentes para que un contrato pueda entrar en esta categoría:

  • En un contrato de futuros deben actuar un comprador y un vendedor.
  • Lo que se va a vender a través de esta clase de contrato es un activo al que se le llama “subyacente”.
  • Es necesario que exista una fecha determinada a la que se le llama “vencimiento”.
  • Por último, dentro de estos contratos tiene que haber un precio estipulado; denominado “precio del futuro”.

Anteriormente los contratos de futuros se enfocaban solo en materias primas, en la actualidad tenemos gran diversidad de subyacentes, donde figuran también divisas, bonos gubernamentales e índices.

Origen de los “Contratos de futuros”

Cuando orientamos la investigación hacia el origen de los contratos de futuro no encontramos con un origen en común con relación a la causa que impulsó este tipo de contratos, pero, con relación al sitio o época donde se originó nos tropezamos con varias hipótesis o teorías en las que podría ser difícil determinar con exactitud cual es la más fidedigna.

Lo que fomentó la implementación de los “futuros” fue el interés de productores de materias primas en asegurar un precio para cuidarse de imprevistos que pudieran causar el clima o cualquier otro contratiempo derivado de que el flujo del comercio les desfavorezca con una relación de oferta superior a la demanda causando así una rebaja importante del precio.

De este modo, los productores de trigo, maíz y soya, se beneficiaban al asegurar el precio de venta de su cosecha, lo que les permitía proyectarse con las ganancias para siguientes siembras; y por otra parte, los compradores también aseguraban un precio de compra que no variaría aun si el precio en el resto del mercado llegase a subir.

Con respecto a la época y sitió donde tuvieron origen los primeros contratos de futuro, algunas fuentes señalan que fue en alrededor del año 2000 a.c. durante la época de los egipcios, quienes para garantizar la rentabilidad de sus cultivos pautaban un precio anticipado con los compradores indistintamente del valor que pudiera tener el producto al llegar a la fecha acordada.

De acuerdo a otras fuentes el origen fue en Japón y otros afirman que en Holanda. Tal como mencionamos, resulta complicado asegurar donde se realizaron los primeros contratos de futuro, a fin de cuentas, es un método al que, las sociedades antiguas, seguramente podrían haber llegado motivadas por si mismas con el propósito de solventar la clase de problemas que se presentaban al vender los productos.

¿Qué es el Trading de futuros?

Dentro de las múltiples formas de hacer trading, cuando se trata de “futuros”, hablamos de especular sobre las opciones disponibles en el mercado. Un activo subyacente es elegido de acuerdo a la expectativa que genere con relación al precio que puede tener cuando venza el plazo del contrato, obteniendo ganancias el trader cuando el contrato adquirido tiene más valor que el del momento en que lo pagó.

¿Cómo se opera en futuros?

Existen unos pasos sugeridos para cualquier persona que desee operar en futuros, seguramente habrá quien tenga una metodología que la que describimos a continuación, sin embargo, no encontramos fallas lógicas al siguiente proceso.

Primer paso. Terminología.

Dominar la terminología que se ha implementado para estos procesos, esto resulta vital, un desconocimiento en esta área dificultaría mucho tradear futuros. Definamos unos conceptos elementales:

  • Contrato de futuros: derivado financiero a largo plazo que realiza coberturas con respecto a precios futuros.
  • Vencimiento: es el que define el plazo para la culminación del contrato.
  • Contrato estandarizado: son los que imponen obligaciones a las partes contratantes.
  • Tick: es el monto más pequeño en que puede moverse el precio en un contrato de futuros.
  • Punto: es el que figura como término monetario en el movimiento del precio del activo subyacente.

Segundo paso. Elección del bróker.

Un bróker es la entidad que actúa como intermediario en las operaciones de compra y venta de valores financieros. La competencia entre ellos es grande, lo que permite aplicar criterios de elección a quien quiera hacer trading de futuros.

Es importante que el bróker se encuentre regulado para garantizar la protección del inversor. Las regulaciones le dan una calificación al bróker y esta calificación le da una etiqueta de distinción de mayor peso si el ente regulador es reconocido como serio e importante.

Resulta conveniente tomar en cuenta la variedad de ofertas que ofrezca el bróker, en un mercado tan diverso lo ideal es tener opciones para elegir el mejor producto adyacente para el momento en que se vaya a realizar la operación.

Los sistemas de garantías que ofrecen pueden variar, estudiar a fondo las diferencias retribuirá el tiempo invertido, hay bróker que tienen un soporte al cliente muy satisfactorio. Por lo general deben garantizar que los términos del contrato sean cumplidos a cabalidad por ambas partes. Las comisiones que cobra un bróker por operar en su plataforma también es un punto a considerar, aunque no por encima de las garantías, en ocasiones un servicio impecable justifica comisiones un poco más altas.

Tercer paso. Elegir, estudiar y operar.

Dentro de todas las categorías de productos subyacentes disponibles se debe elegir la más conveniente en cuanto a la posible ganancia de acuerdo a la temporada y conocimiento del área. Estas categorías van desde las materias primas de agricultura, metales y energía hasta los bonos e índices.

Luego de elegida la categoría se puede estudiar el producto más conveniente. Por ejemplo, si se ha elegido la categoría de agricultura tocará decidir probablemente entre maíz, café o azúcar. El análisis debe estar sustentado en bases que indiquen que la decisión de comprar ese contrato en especifico pueda representar una ganancia, no hay garantías de que así sea, sin embargo, darle importancia al análisis puede minimizar los riesgos de pérdidas.

Por último, se realiza la operación. Llegado ese momento debe decidirse el monto a invertir y tener claras las condiciones del contrato. Es recomendable hacerle seguimiento al comportamiento del precio del activo y realizar una gestión de capital que preferiblemente conserve algo de liquidez en el caso de que surja otra oportunidad de inversión.