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El concepto de Beta en finanzas

septiembre 12, 2022 Modificado el 12/09/2022 por Aitor Gª Munárriz
beta en finanzas

En finanzas, la beta de un activo i (β𝑖) es una medida de la exposición de dicho activo al riesgo sistemático. En otras palabras, el coeficiente beta nos permite conocer cómo reacciona (en media) un determinado activo en términos de rendimiento frente a un movimiento específico del mercado.

Su definición deriva directamente de la teoría del mercado de capitales, más conocida por sus siglas en inglés: CAPM, por Capital Asset Pricing Model.

La beta es una medida estandarizada y adimensional del riesgo, lo que la hace particularmente fácil de interpretar. Por definición la beta del mercado es siempre igual a 1, ya que éste siempre se comporta igual que él mismo.

El modelo CAPM

El modelo CAPM se encuadra dentro de la teoría moderna de carteras y es una solución al problema básico al que todo inversor se enfrenta: la optimización de su cartera.

Este modelo surge como una evolución sobre la teoría moderna de carteras de Harry Markowitz, y desde su publicación a finales de 1960 ha sido una piedra angular de la teoría financiera y de la gestión de activos.

El modelo CAPM nos explica el rendimiento de un activo como una función lineal de una serie de variables. Es decir, es un modelo de valoración de activos, ya que nos indica cuál es el rendimiento apropiado que un inversor debe exigir por un determinado activo financiero i (𝑅𝑖). ¿Qué variables componen el modelo?

  1. Rentabilidad del activo libre de riesgo (𝑟𝑓)
  2. Rentabilidad de la cartera de mercado (𝑅𝑚)

La expresión final del modelo CAPM es:

𝐸[𝑅𝑖] – 𝑟𝑓 = β𝑖 x (𝐸[𝑅𝑚] – 𝑟𝑓)

¿Cómo se interpreta?

Esta expresión nos indica que el rendimiento esperado de un activo sobre el activo libre de riesgo (también conocido como su prima de riesgo) es igual a la prima de riesgo del mercado (𝐸[𝑅𝑚] – 𝑟𝑓) ponderada por el parámetro β𝑖.

Por ello, la beta es considerada la medida del riesgo sistemático del activo i, ya que es el parámetro que define cómo se comporta la rentabilidad del activo según se comporte el mercado (en términos de rentabilidad).

El riesgo sistemático:

El riesgo sistemático de un activo, también conocido como riesgo de mercado, se refiere a la incertidumbre existente sobre la rentabilidad de un activo que surge a consecuencia de los movimientos de los mercados financieros.

Es un riesgo no diversificable, por estar presente en todos los activos financieros. En este punto se diferencia del riesgo idiosincrático, referente al riesgo asociado con cada activo individual.

El riesgo idiosincrático queda eliminado mediante una selección adecuada de activos a través de la diversificación. Es precisamente el efecto de la diversificación uno de los resultados clave de la teoría de carteras original de Harry Markowitz.

En el modelo CAPM el riesgo sistemático es la única fuente de riesgo que genera rendimiento y, por tanto, es el único riesgo que un inversor racional debe soportar.

Si un inversor soporta riesgo específico (por ejemplo, por no contar con una cartera diversificada) estará en una posición subóptima, ya que no recibe rendimiento por cada unidad de riesgo soportada, sino solo por aquella que corresponda a riesgo de mercado.

Interpretación de la beta en los activos financieros

La beta se interpreta siempre con relación a este valor estándar del mercado. Generalmente, se clasifican los activos financieros en tres tipos diferentes según el valor de este factor beta: 

  1. Activos con beta > 1. Son los llamados activos agresivos, ya que amplifican los movimientos de mercado. Estos activos tienen un riesgo sistemático mayor que la cartera de mercado, por lo que oscilan en la misma dirección, pero con una magnitud mayor. Por ejemplo, ante una subida de mercado del 5%, se espera que un activo con beta igual a 2 experimente una subida del 10%.
  2. Activos con beta entre 0 y 1. Son activos considerados defensivos, ya que mitigan los movimientos de mercado. Su riesgo sistemático es menor, por lo que oscilan en la misma dirección que el mercado, pero con una magnitud menor.
  3. Activos con beta inferior a 0. Son activos que se comportan de forma inversa al mercado, mostrando rendimientos positivos en momentos de caída y viceversa. En la siguiente sección los detallaremos en profundidad.

Activos con Beta negativa, ejemplos

Los activos con beta negativa como aquellos que muestran un rendimiento inverso (en expectativa) con relación al mercado: experimentan subidas en momentos de caída del mercado y sufren cuando el mercado se encuentra en expansión.

Este tipo de activos ofrece a los inversores la confianza de que no perderán valor independientemente de lo que suceda en el mercado o del ciclo económico.

Por tanto, son activos que presentan una utilidad intrínseca no dependiente del sistema económico. Un ejemplo típico de estos activos son el oro o las piedras preciosas, por la creencia de que estos bienes poseen un valor muy alto por su escasez o propiedades.

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